Lo que pasa «fractura»

Permitidme el juego de palabras entre «lo que pasa factura» y «lo que pasa fractura», para hablar sobre la fracturación hidráulica. La fracturación hidráulica, o fracking en inglés, es una técnica desarrollada para extraer gas e hidrocarburos del subsuelo. Dada la fuerte dependencia que seguimos teniendo del gas y del petróleo, la industria no ha dudado en seguir buscando formas alternativas para su extracción. En Estados Unidos se lleva usando unos cuarenta años aproximadamente, pero en España no hace mucho que se ha implementado.

Si debéis usar el coche casi a diario, os habréis dado cuenta de que el precio de los carburantes comenzó a bajar hace unos meses, y lleva un tiempo más o menos estable. Indudablemente, debido a estrategias geo-políticas y económicas, entre los principales países productores de Oriente, Estados Unidos y Rusia. Si hay aumento de la producción, más fácil que el barril de crudo baje. Antaño, si los países de la OPEP querían que el precio subiera, limitaban la producción. Ante esto, países como Estados Unidos, decidían entre otras cosas obtener el gas y el petróleo mediante la fracturación hidráulica. La infraestructura necesaria es menos cara y compleja, y no es necesario tener debajo una gigantesca bolsa de gas o petróleo. Hace unos años estuve en Estados Unidos, y pude comprobar lo barato que era el carburante. Yo era consciente de que ellos tienen unas grandes reservas de petróleo, pero no sabía nada de cuánto extraían mediante la fracturación hidráulica. Ahora mismo “el grifo está abierto”, por mucho que le pese a países como Venezuela, que basan su economía en el petróleo. Y muchas veces, el aumento de producción se obtiene también gracias al fracking.

¿Y en qué consiste? Básicamente, se inyecta en el subsuelo una gran cantidad de agua junto con sustancias químicas muy tóxicas. Esta imagen lo describe bastante bien de forma simplificada (pinchad sobre ella para hacerla más grande y legible):

Por lo tanto, esa alta presión que ejerce el agua junto con los agentes químicos, fractura el subsuelo liberando el gas e hidrocarburos. Vemos que construyen unas balsas para almacenar el agua tóxica resultante, pero es que una gran parte permanece bajo tierra. Se produce contaminación de aguas subterráneas y superficiales, y contaminación del aire (metales pesados, metano, gas radón, etc). La contaminación de los acuíferos afecta directamente a la salud humana. Otros problemas son el gran consumo de agua -hasta 15000 metros cúbicos por pozo de explotación-, las alteraciones del paisaje y del terreno, y no menos importante el riesgo sísmico. El levante español es muy sensible sísmicamente hablando, así que podéis imaginar el riesgo añadido que supone esta técnica. No sé si recordáis los movimientos sísmicos provocados por las prospecciones petrolíferas en la costa de Castellón, por parte de la compañía Castor. Desde el Ministerio de Industria se confirmó que la introducción de gas a presión fue la causa de los seísmos en Castellón y Tarragona.

Actualmente en España se está usando esta técnica en varias regiones. Aquí tenéis un mapa de los permisos concedidos y solicitados. Vemos al norte de la provincia de Castellón, en la zona del Bajo Maestrazgo y Los Puertos de Morella, unas solicitudes de la compañía Montero Energy. Al norte de la provincia de Murcia y sur de Albacete, ya hay concesiones. Y al noroeste otro par de solicitudes. Dejando el levante, nos fijamos en que el mayor número de concesiones están en Cantabria, País Vasco, La Rioja y zonas colindantes de Castilla León. Cantabria tiene unas simas y unos karst impresionantes, las calizas son las reinas, así que pensad qué bien se filtra el agua: la que cae del cielo y la que se inyecta…

Así que para extraer hidrocarburos y gas, contamos con las plataformas petrolíferas de toda la vida, la técnica de la fractura hidráulica… ¿y hay más? Pues sí. Uno de los países con mayores reservas de petróleo es Venezuela. Allí el Instituto INTEVEP de PDVSA -la estatal petrolera venezolana-, estuvo desarrollando tecnología para este fin. Finalmente, desarrollaron en los años 80-90 la orimulsión. Se pretendía aprovechar las arenas bituminosas del Orinoco, y a través de una inyección de agua y gas se podía obtener un nuevo carburante que aprovechaba los crudos extra pesados. Normalmente el petróleo se mide en grados API (American Petroleum Institute). El petróleo con el mayor grado API y por ende el mejor, es aquél de Libia (desde occidente ya nos encargamos de asegurarnos y controlar el suministro). A mayor grado API, menor refinamiento será necesario. Los países del golfo pérsico en general tienen petróleo con altos grados API y por lo tanto necesita poca refinación. La orimulsión era una solución para hacer más ligero a ese crudo extra pesado del Orinoco, mezclándolo con agua y tensoactivos. Nos encontramos también con agentes contaminantes como el vanadio y otros metales pesados, que hacían de este producto un carburante menos atractivo. Pero países como Japón adaptaron algunas de sus refinerías a este carburante. El Orinoco venezolano donde se aplicó la orimulsión es una zona casi totalmente despoblada, lo que no quita que el ecosistema se vea afectado. Hay que decir que la orimulsión ya no es de los venezolanos: Chávez vendió la patente de su uso a China a cambio de préstamos.

Se sabe que quedan reservas de crudo para al menos doscientos años, ¿pero por ello tenemos que seguir dependiendo del oro negro y del gas de la forma en la que lo hacemos ahora? Se está viendo en nuestro país al fracking como primera solución rápida y atractiva para obtener hidrocarburos y gas, y por ende energía. Por el contrario, relegamos a las renovables a un segundo plano, cuando no al ostracismo. No tiene sentido alguno que en un país como el nuestro, no se apueste seriamente por energías como la eólica y más aún por la solar. Un ejemplo más para comprobar que las eléctricas y las petroleras son las que mandan.

No quiero terminar sin mencionar a la que considero yo particularmente, desde que me la explicaron en el instituto, como la gran esperanza energética: la fusión nuclear. Sí, eso que hace el sol: tomar átomos de hidrógeno y producir helio. Existe un mega proyecto que engloba al menos a treinta países para conseguir tal fin, es decir, fusión controlada y en frío, nada de bombas H. Si llegado el momento se consigue, veremos qué ocurre con su comercialización.

Para conocer más sobre la fracturación hidráulica:

– documentos plataforma anti-fracking Castellón

– documental fracking en USA (En Portada)

– artículo reciente en El País

– debate en audio emitido en la Cadena Ser: ventajas económicas frente a sus consecuencias

Sobre orimulsión, se puede leer literatura de Alberto Quirós Corradi, Luis Giusti, Juan Fernández o Juan Pablo Pérez Alfonso, quienes fueron algunos de los altos directivos de PDVSA. Mi más sincero agradecimiento a J. A. Suels, quien me explicó todo el tema de la orimulsión en Venezuela y el petróleo en general.