Estamos en plena época del «Big Data«. Ingentes cantidades de datos nos rodean. Móviles, Internet, redes sociales, meteorología, satélites, finanzas, genómica, datos, más datos y aún más datos. La tecnología evoluciona y avanza tan rápidamente que llega a ser un problema almacenar todos los datos de forma eficiente y rápidamente accesibles. Yo mismo, en mi trabajo, he llegado a tener que dividir un proceso en más etapas y más lento por problemas de este tipo. Parece que empiezan a haber soluciones ingeniosas, pero aún así, va a ser un gran problema. Y no solo su almacenamiento, sino también su transferencia.

La única forma de abordar el análisis de estos datos es de una forma organizada y eficiente, es decir, mediante el uso de herramientas informáticas. En algunas ocasiones podrás aprovechar aquellas creadas por otras personas, pero en otras, no. En caso negativo, debes plantearte empezar a programar. Yo me encontré en esa situación al empezar a trabajar en bioinformática y es una de las mejores cosas que me ha pasado a nivel profesional. Al principio cuesta un poco porque debes afrontar los problemas de forma diferente y con el tiempo llegas a notar como ciertas partes de tu cerebro se recolocan, eso sí, sin dolor, pero con el tiempo puedes afrontar los problemas de forma diferente. En definitiva, aumenta la creatividad. De hecho, tengo varias ideas para mejorar mi día a día fuera del trabajo y ya tengo ganas de que mis hijos sean más mayores para empezar a programar con ellos como el que se va a la playa a volar la cometa.

En este aspecto, el sistema educativo español vuelve a estar a la cola y se aleja de los países más innovadores. La programación no está entre las prioridades en los programas educativos del actual gobierno, de hecho, yo creo que ni se lo han planteado. Como bien nos comenta Sergio Figueroa en el diario.es, enseñar programación en la escuela es un cambio de mentalidad necesario en los tiempos que corren. El alumno no solamente debe consumir los productos informáticos en el colegio, sino que tiene que aprender que él es capaz de crear esas herramientas, implicarse en la mejora de los sistemas y optimizarlos. La informática y la programación tiene tantas posibilidades como uno quiera darle. Unos la utilizarán para solucionar problemas, otros para analizar datos sociológicos, otros para crear arte y otros para hacer juegos, todo dependiendo de sus inquietudes, pero todos intentarán participar. Dejar volar su imaginación y participar en el Mundo, no ser simplemente un espectador. El mensaje es precioso y necesario. No te quedes parado, actúa. Por supuesto, este mensaje no solo sirve para la informática, es aplicable a cualquier asignatura y contenido. No hay que ser espectadores ante lo que te enseñan, y mucho menos en la escuela.