Hace tiempo que viví una curiosa anécdota de enfrentamiento dialéctico vía email con un misionero de ultramar.  De esos que trabajan al pie del cañón, sí, hay que tener valor…

Se daba la situación en la que leyendo un texto de dicho religioso referido a la injusticia social y cómo combatirla desde su origen encontré una crítica feroz (o así lo interpretaba yo) a la mediocridad. No sé, o, mejor dicho, sé perfectamente porqué me molestaba aquella crítica, especialmente en aquel contexto: porque describía pincelada a pincelada las limitaciones y contradicciones en las que caía mi quehacer diario de forma exasperantemente repetitiva. Fue tanto el malestar provocado que, desde una aislada sala de ordenadores de una universidad del siglo XX, escribí unas palabras al autor de tan inquietantes líneas:

–       Estimado Sr. Del Sol. En el justo medio está la virtud… …una proporción es la medida de todas las cosas… … en el equilibrio se encuentra el camino perdurable… … la mediana refleja la distribución de valores del 50% de la muestra… (no, esto no lo puse :-P)…

En resumen, busqué todos los argumentos posibles(por cielo y tierra en este caso) para intentar racionalizar y ordenar las ideas que me llevaban a “trabajar” en pos de un objetivo de forma “mediocre” cuando alguien me estaba señalando un camino, como mínimo, más eficaz (más arriesgado también claro). Buscaba en esta misiva un doble objetivo: justificarme ante mi mismo y reclamar al autor el agravio que sus palabras habían producido en mi ánimo, pero también contaba con  obtener una respuesta sino tranquilizadora al menos conciliadora… No fue el caso.

Y esto qué tiene que ver con la ciencia? os preguntaréis. Bueno, yo creo que tiene mucho que ver. Hemos hablado en otras ocasiones de la belleza y libertad de la ciencia, de la poesía y el arte en la ciencia, hoy creo que también podemos al menos “debatir” sobre la ciencia como dogma de fe y como cruel Diosa de una única Verdad, pero en un sentido positivo si me permitís.

Empecemos por desmontar esta Verdad con un argumento probablemente ya manido pero no por ello menos cierto: el método científico, es tan sólo eso: un método de aproximación a la Realidad con algo más de dos siglos de vida. Conviene recordar aquí, como estudiosos de la Realidad que nos consideramos, que en algún remoto rincón de nuestra memoria quedan otros antiguos científicos: los primeros, aquellos que cuestionaban de forma estructurada la relación entre las percepciones de nuestros limitados sentidos y lo que Realmente ocurre ahí fuera.

Podemos ahora Reconstruir la verdad de la Ciencia. Desde hace breve, pero nada desdeñable, tiempo nos acercamos a la Realidad de forma sistemática con este científico método, no sólo para estudiarla sino también para producirla (tecnología). Sería justo por tanto pensar que es Ciencia todo lo que reluce y que toda Realidad, producida por el Hombre o no, ha pasado el filtro metodológico e interpretativo referido y que sólo mediante éste cobran sentido sus flujos de funcionamiento. Es decir, en una Realidad que llega hasta nosotros a través de la Ciencia (estudio científico de la “naturaleza”) o creada a partir de la Ciencia (tecnologías) las leyes científicas bastarán para explicar, describir e incluso predecir lo que podemos esperar de la misma.

Volvamos ahora a la mediocridad. En unas condiciones experimentales como las descritas, no es mucha la ilusión (de iluso quiero decir) necesaria para pensar que hacer Ciencia al azar, ciencia mediocre, tiene algún sentido? Una Ciencia de resultados y procesos “mediocres” no quedará por definición fuera del interés de esta nuestra ciencia por ser estadísticamente poco significativa? La Ciencia mediocre es aquella que se hace con pocos medios o más bien aquella que se hace para completar el horario laboral, la que no tiene en cuenta los flujos de pensamiento e intereses cotidianos de la ciencia? En estos complicados tiempos que corren es posible que sólo la ciencia “que importa” se acabe abriendo paso por pura selección natural o seguirá una cuantiosa ciencia mediocre abriendo las puertas de lo que está por venir?