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Pieter Aertsen (1508 – 1575): The Vegetable Seller, 1567

Como Pirata interesado en las relaciones entre la ciencia y el arte, es normal que me llamara la atención un apunte publicado por Cell Press en Twitter hace unos quince días. Se trataba de una frase corta y un enlace. La frase: «Science & Society: How new carrot genome data & old oil paintings could help to understand the evolution of carrots»; el enlace remitía a una nota breve publicada en la revista Trends in Plant Science. En ella, los autores comentan la propuesta que hizo a finales de los años 50 del siglo pasado el ingeniero agrónomo holandés Otto Banga. Banga, después de estudiar cuadros de maestros flamencos en los que se representaban frutas y verduras, observó que las zanahorias representadas en las pinturas de finales del siglo XVI y del siglo XVII mostraban un patrón claro: al principio aparecía una amplia diversidad de zanahorias (púrpuras, blancas, amarillas, naranjas) pero, a mediados del siglo XVII, solo mostraban zanahorias naranjas. Banga sugirió que las zanahorias naranjas modernas aparecieron en Holanda a finales del siglo XVI y principios del siglo XVII, probablemente a partir de una variedad amarilla.

Las zanahorias son plantas bienales, Una vez plantada la semilla, ésta germina y se desarrolla la planta, con una parte aérea y una parte subterránea: una raíz gruesa, poco fibrosa, en la que se almacenan nutrientes. Al acabar la temporada se recolectan las plantas, y consumimos las raíces. Si no se recolectaran, los nutrientes almacenados les permitirían a las plantas sobrevivir al invierno para desarrollarse, de nuevo, la primavera siguiente, floreciendo, y produciendo semillas.

Las zanahorias que consumimos son variedades domesticadas de la especie Daucus carota, nativa de Europa y del Oriente Próximo. Las zanahorias silvestres tienen unas raíces pequeñas, fibrosas y ramificadas, mientras que las domésticas son grandes, no tienen fibra, y no están ramificadas. Las variedades silvestres, además, son amargas y blancas, mientras que las domésticas son dulces y, normalmente, coloreadas.

La domesticación de la zanahoria se produjo hacia el año 900 en el área comprendida entre el noreste de Kabul, en Afganistan, y el norte de Cachemira, en India. En el siglo X, en un libro de cocina árabe escrito en Bagdad, se mencionan tres tipos de zanahorias: amarilla, púrpura y blanca, correspondiendo esta última, probablemente, a la variedad silvestre. Estos tipos se extendieron a través del mundo musulmán, llegando, por un lado, a Constantinopla, la España musulmana, y Europa y, por el otro lado, a India, el sureste asiático y China. Pensamos que las variedades orientales actuales de zanahorias descienden de estas primeras variedades domesticadas.

Las zanahorias llegaron a Holanda en el siglo XIV y, como ya hemos comentado, pensamos que fue allí, a finales del siglo XVI y principios del siglo XVII, cuando los holandeses estaban a la vanguardia en las prácticas hortícolas, donde suponemos que surgió la variedad naranja, que dio  origen a las  variedades occidentales actuales.

Los autores acaban su nota abogando por la formación de consorcios interdisciplinares que permitan estudiar la evolución de frutas y verduras integrando la información fenotípica aportada por los cuadros, la genotípica generada por el análisis de los genomas de las variedades actuales y ancestrales, y la derivada de la comprensión de los mecanismos moleculares que relacionan genotipo y fenotipo. Un estudio apasionante: estaremos atentos a sus resultados…