«Son las 18:30 de un martes. Se acaban las horas del día y entro en esa especie de sopor, neblina mental, de cuando estás ya cansado y necesitas un descanso. La pared acristalada a mi espalda está un poco abierta, dejando entrar sonidos de coches que pasan a toda velocidad. Sin mirar por la ventana parecería que estuviese cayendo la de dios, lloviendo a cántaros, pero no es así. Si giro la cabeza y miro, luce el sol, y las chicas enseñan sus piernas vestidas con, ya no mini, sino más bien nano-faldas. Es justo lo que necesitaba, tentaciones para salir de aquí.»

Todo esto podría parecer la descripción de un martes corriente. El día entero trabajando, y al acabar, con ganas de salir y quedar con un amiga sexy para tomar unas cañas al sol, en la playa. Vamos, es mayo, y eso es lo que toca. Pero no es una descripción literal. ¿Y por qué no? Aborrezco los caminos directos. Las historias demasiado claras. Las visiones simples. Porque, en el día a día, nada es simple, ni está demasiado claro, ni tan cerca como para no tener que entender qué es el caminar lo que siempre nos acerca a los sitios. Ya lo decía Machado. Por eso, ese primer párrafo está compuesto de metáforas y un silogismo. Me explico.

Niebla mental, cansancio.

Hoy he recibido una noticia que me ha dejado en estado catatónico. Edu sentís y el crédito imposible. Un hombre, un emprendedor, que ha diseñado una bicicleta urbana de última generación. Su idea es tan buena que ganó un concurso público en Dinamarca para abastecerla con sus bicicletas. Conocemos Valenbisi, o Bicing. Bueno, pues lo mismo pero en Dinamarca, con una tecnología española. Hasta ahora todo magnífico. Es una oportunidad de transformar buenas ideas en industrias. De generar puestos de trabajo. Además, me encanta que sea un producto diseñado en España el que se pudiera fabricar también en España y venderlo al norte de Europa. ¿Quién dijo que el sur de Europa estaba constituido por vagos que se tumban al sol? Pero, como si fuese un espejismo, donde hay sol, inconcebiblemente uno escucha lluvia. Si lees la noticia quedaras aturdido al contemplar como la oportunidad pasa de largo, como esos coches que describía en el primer párrafo. Su idea no se ha podido materializar porque ningún banco, entidad, organismo, …, ha querido facilitar el crédito necesario para empezar a producir estas magnificas bicicletas. No tengo ni ganas, ni paciencia, para abroncar a esos ignorantes que no han sabido culminar el proceso que todos los españoles estamos esperando: generar industria y trabajo. Como no tengo ganas, simplemente dejo el enlace a la película “la locura del dólar” de Frank Capra, para que sea el mismo Tom Dickinson quien lo haga. Los motivos para no conceder el crédito son de lo más surrealista: proyecto no escalable – que viene a ser que no se gana la suficiente pasta lo suficientemente deprisa; financiación demasiado alta para pequeñas entidades, y demasiado baja para las grandes corporaciones – que viene a ser algo así como “por dos chavos ni me muevo”; y unos cuantos ejemplos más de despropósitos de este calibre. A los banqueros me gustaría preguntarles ¿Dónde está el riesgo? Si la venta del producto esta firmada de antemano, además con un país como Dinamarca, que supongo que debe contar con suficiente aval. A los políticos me encantaría decirles ¿Dónde está ese apoyo a los emprendedores que tanto proclamais? Solo hay una forma de entender toda esta confusión y mediocridad: son piratas. Los banqueros no son descendientes de los judíos, como siempre se ha dicho, son simplemente los peores residuos de los piratas, habiendo eliminado todo velo de riesgo y aventura en sus procederes. De esto ya nos advertía José Luis Sampedro. Debajo de sus corbatas y pantalones de franela, no tienen piernas, sino palos tiesos. Sus ojos, no miran, son de cristal, y por la noche se los sacan para dejarlos sumergidos en un vaso de agua, porque, lo acabamos de contemplar: ellos no ven. La siguiente palabra que acababa este párrafo era un insulto.

Lluvia a cantaros. Desesperanza.

Bueno, el último párrafo ha sido un poco duro. Uno podría pensar que, bueno, el martes, al fin y al cabo es un día corriente, y este, pues ha contenido una noticia nefasta, pero no por ello podemos decir que exista una tendencia generalizada a la hecatombe. Lo sabemos muy bien, ni todo es tan malo, ni nada es tan bueno. Joder, pero, …, hoy, las malas noticias, como dicen de la lluvia en Inglaterra, caen como perros y gatos: ¡¡ a plomo !! El CSIC sin fondos para concluir una investigación sobre Alzheimer;investigadores de Barcelona crean un sistema inteligente de gestión del tráfico, pero los recortes amenazan con desmontar el equipo investigador tras cuatro años de trabajo; y, como colofón, haciendo un guiño casi al bigote de Dalí, por lo surrealista de la situación: España no tiene sitio para el mejor joven físico de Europa. Todos los que teneis ojos que ven, seguro que estais flipando con lo que leeis, porque estais vivos. Pero hay zombies por ahí y políticos de palabra muy fácil y gatillazo frecuente que se llenan la boca con palabras como: Apoyo a la Investigación y al emprendedor, cambio de modelo de producción, sociedad del conocimiento, … . Hoy sabemos que son solo palabras de indeseables, de esos con los que nadie querría compartir sillón en un tren. Vendedores de crecepelo. Estafadores de media punta. Sinvergüenzas sin cultura. – Haddock, échame una mano por favor -. Vamos, simples estúpidos.

Nano-faldas. Conclusión.

Me entra muy mala baba cuando escucho estas noticias. ¿Cómo puede ser que en un mismo día a un físico europeo le digan que es el mejor físico europeo, y a la vez su país le comunique que no quiere saber nada de él? ¿Cómo puede ser que una idea de incorporar tecnologías a las bicicletas urbanas la demande Dinamarca para convertirla en realidad industrial – porque, entre otras cosas, precisamente apoyando la industria europea se apoya la idea de Europa – y sea el país de origen de esa idea el que le ponga la losa encima?, … todo oportunidades perdidas. ¿Cómo puede ser que investigaciones de largo recorrido que generan tejido industrial se paralicen fulminantemente? Esas investigaciones han costado mucho dinero a la sociedad, a los ciudadanos, pero son investigaciones de ida y vuelta. Al final del proceso existe una compensación al ciudadano, en forma de nuevos productos, nuevos puestos de trabajo, nuevas tecnologías, nuevos avances que los ciudadanos pueden disfrutar. Cortarlas, paralizarlas, justo cuando empiezan a producir y generar esos avances, es simplemente estafar al ciudadano. Pero este post no quiere caer en la desesperanza. En medio de este lodazal es una gran tentación decir: ahí te quedas España, tú y tus miserables, tú y tus piratas. Sin embargo, en este círculo de infames pesadillas uno puede llegar a pensar que ese pensamiento es el que quieren generar. No pueden ser tan tontos, ¿no?¿se puede ser tan  tonto? ¿se puede ser tan miserable? ¿se puede ser tan ignorante?  Lo sabemos, la desesperanza no es productiva, y no cambia nada. Es mayo, y en las piscinas privadas las chicas desnudan sus cuerpos al sol. Lo dice la canción. Eso no me lo pienso perder. Que sea ese optimismo el que nos guíe. No por estúpidos, ni por ingenuos, sino porque está más claro que el agua que estamos solos, y que nadie nos va a echar una mano. Unamuno decía eso de “que inventen ellos”, pero ha quedado ampliamente demostrado que sí que sabemos inventar. Cambiando la connotación de ese “ellos” que decía Unamuno, y acercándola hacia nuestro país, podríamos decir, con todos los golpes encima de todas las mesas que hagan falta, algo así como: “Inventaremos, a pesar de ellos”. Aunque estas noticias son demoledoras, es bien cierto que hay otras tantas muy positivas. Trabajo en el campo de la nanotecnología, se de lo que hablo. Hay un vendaval de nuevas oportunidades, tecnologías y descubrimientos para agarrarse fieramente y firmemente al carro de la invención, cualquiera que sea el campo, área o disciplina en la que se manifieste. Por eso, y por muchas más cosas, que nadie nos quité la ilusión, y menos ese conjunto de desgraciados e indeseables ciegos de la vida. Con su pan se lo coman señores.

Imagen: Lluvia con sol.